Libros en el brazo izquierdo, bolso en el derecho. El
brincoteo azaroso del transporte.
Sin sentarme en todo el trayecto, enjugaba el regreso a ti.
El ansia punzante de no tenerte se mitigó con el primer
beso, luego el segundo y el tercero. No hubo preámbulo: tu mano sujetó mis
libros y el cansancio. La sonrisa lo complicó todo, me tiene enjaulada...
¿Seremos novedad del otro? el olfato es experto. No pienso
en el final, solo en la primicia de tu risa. La persistencia de ella, y la indecible
curiosidad de saberte, de gozarte.
2 comentarios:
dulces sueños.me gusto el relato,tu pensar,tu sentir,tu ventana habierta a conocerte.muxus y gracias por ser tu.
=) muxus ;)
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