jueves, 22 de mayo de 2014

Divertimento...

La saciedad se compone de elementos que actúan en el cuerpo, mientras la cabeza quiere-pide-consigue más.
En el día a día, noche a noche, se masca el avance furtivo por conseguir lo que nos place.

Por ejemplo, las cosas con las que uno nutre el cerebro cansado, la vista opaca o el hambre matutina.

Hoy yendo al trabajo, venía a mi lengua el batido de chocolate con plátano que recién me había zampado. Un sol naranja fogoso pegaba en las sombras, mientras mi cabeza maldecía por no traer libro en la mano. Si. Se ha vuelto parte de mi armadura. Me sentí desvalida, incómoda. Estuve tentada a regresar a casa pero ya era demasiado tarde, a mitad del parque la misión está perdida.
Debido a mi torpeza, el instinto me guió a la observación. En esta desmedida comepranez que muerde la que me vive, conseguí atrapar el olor a lavanda, el jadeo de un labrador correteando su pelota, la mota de dos preparatorianos que a sorbos compartían la tarea, el hedor del camión de basura en el semáforo.

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La caminata hasta el metrobus es concertadamente impredecible. Sobre Insurgentes al fin han rehecho la banqueta y los zapatos no han quedado polvorosos. (Cruzando la avenida, en la estación vuelve el malestar: sin libro).
Me senté. Por la ventana la indagación. Autos, puentes. Los puentes. Dos al menos contienen indigentes. Cruelmente hace meses los nombré "hobbits urbanos", viviendo en un hoyo bajo las pasarelas vehiculares (Demonios! qué correcta soy). Acto seguido, me arrepiento del término, me repruebo por milésima vez. (Sorpresa! cada día van siendo más suyas esas tierras. En cuestión de segundos enumero: dos guacales más tres de antier, una lona azul suple la negra, doble de trapos y un sillón raído).

Estación tras estación, en el espacio de mujeres se saturan las papilas olfativas. Demasiados aromas (qué bueno que el mío es floral). 
Destino Estación Indios Verdes. Luego al metro. Caminar de la letra Salida T hasta la A. Subir escaleras. Tomar microbus. Reflexión:  voy en escampada del DF, atravesando la frontera al Estado de México. Qué lejos el trabajo! aaaaaaaah se miran los cerros preciosos y en su cúspide nubes enroscadas. Son 7:45 de la mañana.
Pasando las pausas habituales del sube y baja gente, llego a mi plaza. Expectante toco el timbre. Respiro hondo. Junta Importante, Ha iniciado el día-labor. 

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Cuatro horas y media después, este texto...
Mmmmmmh
¿Y mi libro? Maldita sea! por no traerlo ando pensando y escribiendo puras pendejadas!

Risas contenidas. No todo es literariamente hablando, brillante.








1 comentario:

juanburgana@gmail.com dijo...

FASTINAMTE (quizas suene muy elocuente pero no podria resumirlo mejor)apago la luz,miro el reloj,mi libro se acurruca entre las manta,cierro los ojos,me arropo,pinto una sonrisa en mi cara,me duermo,sale la luna.