jueves, 27 de febrero de 2014

Antojos II

Una caminata al perímetro de mi juventud y de la Plaza Vasco de Quiroga.
Nieve de pasta en la mano. Asentarme en una de las canteras en el rumor de sus fuentes mientras Tata Vasco reposa muy alto la mirada.
Encender un cigarro, bajo el vuelo de pájaros y palomas ultrajando nubes, aire, cielo.
Cerrar el abrigo comprimiendo los dedos. Encontrarse con la sonrisa compinche de quien nos escoltó en la aventura de ir de Morelia a Pátzcuaro sin avisar a nadie.

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